Erase una vez en un recóndito lugar de España , un joven de 16 años que siempre vivió su vida al máximo, sin limites. Su nombre era Martín, el era de muy buena familia con mucho dinero y muchos amigos. Era la persona mas social de su pueblo, todos lo conocían.
A su corta edad ya había vivido muchas experiencias, salia todos los fines de semana a rumbar con sus amigos fuera de su pueblo, viajaban desde el viernes a Ibiza y regresaban los domingos por la noche en su propio avión, era muy alcohólico, drogadicto y mujeriego. En estas tres cosas se fundamentaba su vida: fiestas, alcohol, drogas y mujeres. Por tanto, siempre le ha ido mal en su escuela y sus padres al ver la vida que llevaba muy preocupados decidieron acudir a un psicólogo, quien les dijo que lo llevaran a una cita con el ya que le gustaría hablar personalmente con Martín. Sus padres una noche fueron hasta su cuarto y le comentaron que habían ido donde un psicólogo por la conducta de vida que el estaba llevando y este les había pedido que lo llevaran donde el, a lo que Martín se negó rotundamente y su respuesta fue un simple "yo no estoy loco". Los padres de Martín siempre se han dejado llevar por lo que el diga y esa noche no fue la excepción, dejaron que su hijo hiciera lo que el quisiera.
En un fin de semana en los que se fue a Ibiza, tomo mas que nunca y ha media noche en medio de su borrachera termino en la playa. Todo marchaba bien hasta que un calambre lo agarro cuando ya no sus pies no tocaban tierra, fue ahí donde después de mucho forcejear, ya cansado se hundió y perdió el conocimiento. A la mañana siguiente sus amigos lo encontraron tirado a las orillas del mar. De inmediato corrieron a llevarlo a un hospital donde lo diagnosticaron en estado de coma. El hospital procedió a comunicarse con sus padres para que alguien mayor de edad respondiera por el, ellos no podían creer lo que había pasado y no pararon de llorar en todo el camino hasta Ibiza donde se encontraba su hijo. Al llegar al hospital y verlo en una cama casi muerto su madre desconsolada cayo al piso, poco a poco fue reaccionando nuevamente. Luego de un tiempo ya un poco mas tranquila hablaron con el medico quien les dijo que no sabían cuanto tiempo Martín iba a estar así, que incluso podía quedar en estado vegetal de por vida. Con estas palabras dichas por el medico, los padres de Martín quedaron en un estado de shock y muy angustiados, pero ellos eran personas muy creyentes y nunca perdieron la fe.
Pasaron 8 meses y Martín nada que reaccionaba ni daba muestras de recuperarse. A la mañana siguiente ya sus padres cansados, habían decidido desconectarlo de todos esos tubos que lo mantenían vivo y dejarlo descansar. Esa tarde, su madre entro al cuarto a despedirse de Martín, lo agarro entre sus brazos y le dio un fuerte abrazo, cuando al instante ve que su hijo empezó a reaccionar, ella empezó a gritar y llamar a los médicos para que entraran. Los médicos lo revisaron y no podían creer que hubiera reaccionado, todo ese día Martín estuvo en observación.
Al siguiente día ya después de haber pasado por observación y todo tipo de exámenes, el medico hablo con los padres de Martín sobre que debían tener paciencia con su hijo y empezar a enseñarle desde cero a escribir y a recordar muchas cosas ya que su memoria se había visto afectada un poco.
Después de pasar cierto tiempo en la clínica, ya le dieron de alta a Martín y empezó con unas terapias para recuperarse de las consecuencias que había dejado esa noche. Martín empezó desde ese momento a valorar mas las cosas, a sus padres, a las personas que lo rodeaban porque el sentía que la vida le había dado una segunda oportunidad y no podía seguir con la misma vida de antes.
Así fue como empezó a asistir donde un psicólogo quien lo ayudo a superar todos esos obstáculos que se le presentaban en su rehabilitación y de igual forma le daba ánimos junto con sus padres para que nunca desistiera. Tiempo después Martín logro salir adelante y dejando atrás todo esa vida que había llevado en el pasado.
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