A dentro de las montañas,
que envuelven la cordillera
Esta la mansión quimera,
de la Antioquia soberana
Una montaña sagrada,
Medellín allí se siembra
Desde las alturas,
encimada de la cordillera
De los Andes un pedazo,
emana con total riqueza
Una pujante tierra
Que engalana cada noche
Con sus luces encendidas
Y el alma de colores
Como las flores que en el germinan
Medellin es un poema
Con su eterna primavera
De palabras no contadas
De miradas escondidas
Con sus ruidos y estruendos,
Bullicio y ajetreo
Desde lo alto se divisa
Las entrañas de los
paisas
La caricia de la luna al
mirar a la montaña
Las casas inclinadas
Y el frio de la mañana
Un microcosmo de
aventuras primaverales
Paraíso terrenal
Que está cerca al cielo
jugueteando
Con las nubes, Medellín
la ciudad de la eterna primavera.
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